martes, 22 de diciembre de 2009

El nieto número cien recuperó su identidad.

Buenos Aires, 21 de diciembre de 2009

Matías Espinosa comprobó que es hijo de Tulio Valenzuela.

Tulio Valenzuela y Norma Espinosa se conocieron a mediados de 1974 cuando militaban en la columna oeste de Montoneros, por la zona de San Justo. A fines de ese año, Tulio y Norma comienzan una relación de pareja. Alrededor de mayo-junio de 1975, Tulio fue trasladado por la Organización a Santa Fe y Norma -quien trabajaba como docente- lo acompañó.

Allí convivieron cerca de un mes y en julio de 1975 Norma quedó embarazada. Poco después, la pareja decide separarse. La joven regresa a Buenos Aires, se desconecta de la militancia y va a vivir a la casa de sus padres a la espera del nacimiento de su hijo.

Matías nació el 6 de marzo de 1976 en Lomas de Zamora. Cuando tenía aproximadamente seis meses, su madre organizó un encuentro con Tulio para que se conocieran. En ese momento, Tulio no lo puede reconocer dándole su apellido debido a su situación de clandestinidad, fruto del terrorismo de Estado.

El joven se crió con su madre y sus abuelos maternos. Matías terminó el secundario y estudió Educación Física. Actualmente, se dedica a la docencia. A pesar de que desde niño su madre le contó detalles referidos a su padre, fue durante su adolescencia cuando Matías realmente tomó conciencia de que su padre era Tulio Valenzuela y que se encontraba desaparecido.

Es en ese momento cuando se acercó por primera vez a Abuelas, donde le facilitaron el contacto con sus tíos paternos en San Juan. En 2009, luego de la restitución de Sabrina (su media hermana, hija de Tulio Valenzuela y Raquel Negro), Matías se acercó nuevamente a las Abuelas desde donde fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para realizarse los estudios genéticos que permitieran corroborar su filiación.

El 30 de junio de este mismo año, los resultados confirmaron que es hijo de Tulio Valenzuela. De inmediato Matías se puso en contacto con su hermana Sabrina, viajó a conocerla a Rosario y comenzaron una estrecha relación, en la que comparten el afecto y la historia de un padre desaparecido por el terrorismo de Estado.

Las Abuelas celebramos, al finalizar el 2009, el reencuentro de dos hermanos, y brindamos por el encuentro.

Abuelas de Plaza de Mayo

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