(ANA) Agencia de Noticias Aratiri – El pasado 3 de Noviembre, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo ha restituido la identidad a un joven nacido en 1980 en el Centro Clandestino de Detención de “Campo de Mayo”, ubicado en la Provincia de Buenos Aires, Republica Argentina. Con el suman 98 los hijos de desaparecidos y asesinados por el Terrorismo de Estado argentino (1976 – 1983) localizados y restituidos por la institución. Se trata del hijo de Guillermo Amarilla y Marcela Molfino secuestrados en distintos operativos el 17 de Octubre de 1979 en las localidades de Ramos Mejia y San Antonio de Padua, de la Provincia de Buenos Aires. Ambos fueron llevados, junto al hermano de Guillermo; Rubén Darío Amarilla a Campo de Mayo, permaneciendo sus restos hasta el día de la fecha desaparecidos. Como en otros casos fue gracias a iniciativas del joven que pudo finalizar la búsqueda de su historia con el rencuentro de su familia biológica.
El 5 de Noviembre, el proyecto impulsado por las Abuelas de Plaza de Mayo en el Congreso Nacional argentino fue aprobado por media sanción en diputados.
El proyecto de ley consiste en la autorización al Banco Nacional de Datos Genéticos de aplicar la extracción de materiales genéticos a aquellos jóvenes que pudiesen, luego de investigaciones realizadas, ser hijos e hijas de desaparecidos durante el Terrorismo de Estado. Hasta el momento los exámenes de ADN debían ser realizados por los propios jóvenes, que son expuestos a la presión psicológica de ellos mismos, en el marco de un clima de dudas y miedos que los invade, es el estado, en su deber de reparar las consecuencias de las violaciones de derechos humanos aplicadas desde este durante 7 años de dictadura, el que procederá a realizar los estudios de ADN, alejando a los jóvenes, victimas de las presiones, de los miedos que afrontan en el delicado proceso de la “restitución de identidad”. La presidenta de la asociación, Estela de Carlotto, aseguro a los medios que “así se ha hecho en los últimos 9 casos (previos al de la ultima restitución) de restituciones y gracias a la justicia que intervino les fue mas fácil a los jóvenes aceptar el resultado de los exámenes”, “los jóvenes que pasan por tal experiencia son invadidos por el miedo de al acceder a los exámenes hacerle daños a las familias que los criaron durante tantos años, y al ser obligatorio y hecho por el estado, se los libra de esas culpas, de esos miedos, y de esas dudas”.
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